Las calderas de gasoil se han posicionado como los sistemas de calefacción más demandados en toda España, gracias a su alto nivel de eficiencia y a la posibilidad de contar con agua caliente sanitaria. Además, tienen un funcionamiento bastante sencillo, lo que hace muy fácil su instalación, son muy durables y requieren bajo mantenimiento.
El combustible que utilizan las calderas de gasoil es el gasóleo C, un combustible económico, que tiene un gran poder calórico. El gasoil que está contenido en un depósito es trasladado a la caldera a través de un conducto, en el generador de calor se produce la combustión, es decir, el combustible se quema y genera calor, este calor va al circuito de transporte que lo lleva a los radiadores o suelos radiantes.
De esta manera el calor se proyecta en el interior de los espacios de la vivienda, creando una temperatura cálida y agradable. Actualmente se puede instalar en una vivienda una solución que incluya radiadores y suelos radiantes, lo que permite lograr una mejor calefacción de las distintas estancias de la vivienda.
En función del tamaño de las estancias a calentar se debe escoger una caldera gasoil con la potencia suficiente, en función de los tramos de potencia en el mercado actual 5 tipos:
- 23 – 25 kW: es el rango de potencia más común, una caldera de gasoil con esta potencia es suficiente para una vivienda unifamiliar.
- 28 – 30 kW: este rango de potencia se recomendada para viviendas grandes o viviendas ubicadas en lugares muy fríos.
- 40 – 45 kW: este rango de potencia se recomienda para viviendas muy grandes o que tengan un aislamiento térmico deficiente.
- 70 kW: las calderas de esta o mayor potencia deben instalarse en salas especialmente acondicionadas, el proyecto debe ser realizado por un ingeniero.
Las calderas a gasoil se dividen en:
Calderas atmosféricas: toman el aire del ambiente donde se ubican para el proceso de combustión del gasoil, alcanzan su óptimo rendimiento a temperaturas entre los 60 ºC y los 80 ºC.
Calderas estancas: no alteran el aire del ambiente donde se ubican, ya que el aire que necesitan es suministrado desde el exterior, por lo que la calidad del aire de la estancia no se ve afectada. Alcanzan su óptimo rendimiento a temperaturas entre los 60 ºC y los 80 ºC.
Calderas de condensación: ofrecen mayor eficiencia, ya que son diseñadas para recuperar energía a partir de los humos de la combustión, alcanzan su óptimo rendimiento a temperaturas entre los 30 ºC y los 50 ºC.