El gasóleo C es un combustible ideal para cubrir las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria a nuestro hogar. Actualmente, podemos encontrar tres tipos de gasoil en el mercado. Cada uno de ellos tiene una finalidad determinada de uso:
- Gasóleo A, destinado a la automoción.
- Gasóleo B para maquinaria agrícola y motores.
- Gasóleo C, que se utiliza como combustible para calefacción.
Gasóleo C para calefacción a tu hogar
Cada uno de estos tipos de combustible tienen sus propias características físicas, que los hacen ideales para un determinado uso. El gasóleo C es idóneo para la calefacción doméstica. Estas son las principales razones para utilizar este combustible para la calefacción:
- Ofrece un mayor poder calorífico que el resto de los gasóleos mencionados, puesto que contiene una mayor cantidad de parafinas.
- Mayor ahorro: las parafinas que contiene el gasóleo C ayuda a obtener un mayor poder calorífico, por lo tanto, se necesita consumir menos combustible.
- Reducción de emisiones contaminantes: al disminuir el consumo de combustible, gracias a su densidad superior, se reduce la emisión de gases contaminantes.
- Seguridad: es un combustible muy seguro, puesto que su punto de inflamación supera los 60 °C.
- Economía en la instalación: al ser inferior a otros combustibles, el gasóleo C no requiere una normativa especial para su instalación, es decir, sin necesidad de pagar cuotas o alquileres por contadores u otro tipo de gastos.
Otra de las razones para utilizar el gasóleo para calefacción es su precio, puesto que es más bajo si lo comparamos con otros combustibles. Este aspecto adquiere una gran importancia para la economía familiar; así que también se puede obtener un ahorro sustancial al utilizar este tipo de combustible en la calefacción doméstica.
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