La oferta de gasolina se divide en dos: Extra (premium) y corriente. Desde el punto de vista monetario, la extra es mejor porque su precio es más elevado. Pero, ¿es éste el único factor determinante?

¿Cómo decidir qué tipo de combustible aplicar?

El tipo de combustible solo interfiere en la eficacia más no en la eficiencia. El uso de la gasolina extra solo debe aplicarse cuando el manual y el fabricante a si lo indiquen, de lo contrario no existe ninguna razón para usarla.

La diferencia entre corriente y extra es la mezcla de los hidrocarburos utilizados para fabricarla, junto a los aditivos que se le añaden. Por tanto, la mezcla puede variar dependiendo de la marca que se utilice.

El combustible es una mezcla de hidrocarburos obtenida del petróleo por destilación fraccionada. El octano del combustible se mide por ‘octanajes’. Actualmente se comercializan dos tipos de gasolina sin plomo de diferente octanaje cada una denominadas Sin Plomo 95 y Sin Plomo 98.

Diferencias entre Sin Plomo 95 y Sin Plomo 98

La gasolina de 95 octanos es la que se utiliza en la mayoría de automóviles y ofrece ventajas como su precio o la facilidad que proporciona a arranques en frío. Por otro lado, protege y alarga la vida del motor, mantiene limpias las partes del propulsor y disminuye el nivel de emisiones contaminantes ya que contiene menos azufre.

La gasolina de 98 octanos tiene un nivel de refinamiento mayor ya que contiene menos azufre. Esto supone una mejora en las prestaciones del motor y una disminución en el consumo. Así que, a menos que el fabricante especifique la necesidad de este tipo de carburante o prohíba el uso de la de 95, lo mejor es no optar por la gasolina 98.