Se ha demostrado recientemente que conducir con carencia de hidratación puede llegar a dar al conductor y a su forma de conducir, los mismos efectos que conducir después de haber ingerido más de los límites de alcohol.

La carencia de hidratación durante la conducción, hace que se cometan el doble de errores, puesto que afecta la capacidad de concentración: se tarda más a frenar, se mueve el coche hacia los lados invadiendo líneas y carriles, etc.

La importancia de beber agua para una buena conducción

Según el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), “Rendimiento cognitivo, hidratación y agua mineral natural” evidencia que un descenso de tan sólo el 2% del agua al cuerpo puede causar pérdida momentánea de memoria y disminución significativa de la atención.

Además, este informe, pone de manifiesto que la deshidratación provoca lentitud del pensamiento y de los reflejos, y un aumento significativo de los errores en las posibles situaciones de estrés que nos podemos encontrar en la carretera. De hecho, en el estudio se señala que la deshidratación provoca una caída de la capacidad de concentración en un 15% y una disminución de la memoria a corto plazo del 10%.

Cuanto más deshidratado se está, menos problemas sufrirá el conductor; temas cardiovasculares, somnolencia, dolor de cabeza, reducción de capacidades, etc.

Así que ya sabéis, antes de empezar a conducir, bebéis agua y también durante el trayecto o a las paradas de descanso.

Fuente: Instituto Agua y Salud